EL CALLO VICTORINO YA NO CANTABA AL AMANECER.
POR ESO LOS CHICOS Y LOS GRANDES SE DESPERTABAN TARDE.
EL PERRO ALCALDE FUE A HABLAR CON EL GALLO. LE DIJO:
- ¿ POR QUÉ SE HA PUESTO TAN IMPUNTUAL?
- ES QUE ME QUEDO DORMIDO – CONTESTÓ EL GALLO.
- ¡ACUÉSTESE MÁS TEMPRANO, ENTONCES!
PERO AL DÍA SIGUIENTE CANTÓ AÚN MÁS TARDE.
LOS HABITANTES DE LA COMARCA YA NO DESAYUNABAN NI ALMORZABAN. CUANDO SE LEVANTABA. DIRECTAMENTE MERENDABAN.
- NO PUEDE SER – SE QUEJÓ UNA PERDIZ - . HOY, CUANDO ME DESPERTÓ EL GALLO VICTORINO. YA ERA HORA DE CENAR. CUANDO SALÍ A VENDER LOS DIARIOS, TODOS YA HABÍAN ESCUCHADO LAS NOTICIAS EN LA RADIO, ¡ Y NO ME COMPRARON NI UNO!
- ¿Y SI COMPRAMOS DESPERTADORES? – PREGUNTÓ EL GATO-. SON RELOJES QUE SUENAN CUANDO UNO NECESITA LEVANTARSE.
EL GATO, EL PERRO Y LA PERDIZ FUERON A COMPRAR DESPERTADORES.
ENTRARON A UN NEGOCIO LLENO DE RELOJES DE TODOS LOS TAMAÑOS Y COLORES.
- ¿DESEAN COMPRAR UN DESPERTADOR? – PREGUNTÓ EL GALLO VICTORINO.
- -¡USTED! – GRITARON LOS DEMÁS- ¡ASÍ QUE CANTABA CADA VEZ MÁS TARDE PARA QUE TODOS TUVIERAN QUE COMPRARLE UN DESPERTADOR!
- NOS HA MENTIDO – SUSURRÓ TRISTEMENTE EL GATO.
- TIENEN RAZÓN – DIJO VICTORINO-, PERO MAÑANA CANTARÉ TEMPRANO, LO PROMETO.
- - NO LE CREEMOS – DIJERON TODOS JUNTOS, Y SALIERON DEL NEGOCIO MUY ENOJADOS.
- POBRE GALLO, HOY LO VI LLORANDO – DIJO EL PERRO.
- YO TAMBIÉN – DIJO EL GATO-, ¿Y SI LO PERDONAMOS?
AL DÍA SIGUIENTE TODOS FUERON A COMPRARLE DESPERTADORES A VICTORINO, Y SE PUSO LOCO DE CONTENTO.
TAN CONTENTO, QUE VOLVIÓ A CANTAR A SU HORA, Y NADIE USA LOS RELOJES. NO HAY NADA MEJOR QUE DESPERTARSE CON SU KIKIRIKÍ…
